sábado, 19 de mayo de 2012

De carnes y huesos



No quisiera mi princesa
que pensaras más en mí.

Porque tu olvido es mi oxígeno
y tus lágrimas mi óxido,
tus orgasmos corrosivos
me desnudan la osamenta.

No quiero ser esqueleto
de tu pútrida amargura
ni una carne sazonada
con tu absurda desazón

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