A lomos de tu caballo
quisiste adelantar al viento,
doblar el horizonte y volver,
volver,
volver hacia ningún lugar.
Pero una y otra vez se descompuso el puzzle,
las piezas están gastadas de yermos intentos.
La Puta de la vida hace cruces de piernas mentirosos
y tú, y yo, todos,
todos,
miramos hacia ese coño envenenado
buscando certezas.