domingo, 26 de diciembre de 2010

El bloguero audaz.

   Me visto con mis mejores galas para salir de blogs como quien sale de copas un viernes porque es más "cool" que los sábados (o ahora es los jueves, ya me pierdo...no, son los martes ahora, sí, los martes, eso es).
   Visito varios que por el título me parecen interesantes (los títulos merecen un capítulo aparte que ya  tocaré en su momento). Todos o casi todos estos blogs, son de personas que escriben relatos o poemas.
   Lo primero que veo es que el intento por ser originales hace que todos ellos sean similares. Pese a ese pequeño matiz yo insisto en dejar muestra de mi paso por allí.
   La mayor parte de las veces no he entendido nada de lo escrito por el autor y mucho menos aún de lo comentado por sus seguidores, pero evidentemente, si me he acicalado tanto debo amortizar el desgaste que supone y me lanzo al mundo de los comentarios metafísico-laberínticos. 
  Reconozco, eso sí, que los hay que te hacen sentir algo y en esos vas a tiro fijo pues el corazón, el instinto, el alma o algo así, te guía. Son los menos, pero haberlos,"hailos".
   Quiero ser Original y Profundo, como ellos y además que parezca que lo he pillado a la primera y sé de que coño están hablando aunque cada uno diga sobre un mismo tema una cosa bien distinta a la que han comentado el resto de visitantes.
   Me lanzo de cabeza a escribir mi comentario ojiplatizante. Primero me despojo de la naturalidad, seguidamente profundizo según protocolo en lo que creo que debo decir para parecer uno de ellos y ¡zas! de pronto me voy asfixiando (esto debe ser por la "mística") y noto como un vértigo que no me permite entenderme con claridad a mí mismo. No hallo salida al follón lírico-onírico en el que estoy levitando y decido en ese punto, justo antes de perder la brújula totalmente, que hay que seguir con el farol como un buen jugador de poker al que, pese a la taquicardia, no se le mueve un solo músculo.
   En ese momento sé que estoy por fin en el buen camino y que una vez más habré conseguido pertenecer al club sin saber muy bien de que forma me hice con esa invitación falsificada.
  Al rato, recupero el pulso y nuevamente siento el convencimiento de que podría apuntarme sin desmerecer a un equipo de buceo en apnea para profesionales abisales.


Dedicado a Latitud Cero por los buenos ratos que me regaló leerla tan sembrada de genial irreverencia.
Gracias!!!



4 comentarios:

  1. Mucha coñita como dice la etiqueta, pero con un fondo de verdad incuestionable.
    Saludos.

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  2. Jajajaja, muy bueno Pepe; creo que la audacia te ha forjado lírico por momentos y agudo crítico por otros. Muchas veces me siento como trapecista en circo sin red y no me importa nada que al dueño, no le gusten las monerías del simio que todos llevamos dentro.Escribir, opinar y pensar nos va enseñando a caminar en dos pies, erguidos y con la frente en alto, aunque a nadie le importe un maldito rábano nuestro sentir.Aprovechemos mientras que este Club siga olvidando reservarse el derecho de admisión ya que, en traje de goma somos todos renacuajos en el mismo charco.-

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  3. Anónimo, se te olvidó la firma. Siento que no pudieras entrar con tu pefil, pero es que esto funciona bien a días.

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  4. Ali, las ganas de coña y el buen humor no me los quita nada, ni la ironia ni la acidez. Esas características están tan arraigadas que es imposible que las pierda.
    Me gusta eso de los renacuajos en el mismo charco. Practican la apnea? Seguro que sí los más valientes.
    Besazos, mi guapa conejita.

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