La Poesía
es el borde del precipicio
donde el
amor se tambalea
donde el
olvido se reafirma
donde la Tierra y el Cielo
se muestran orgullosamente equidistantes
se muestran orgullosamente equidistantes
donde la
Vida y la Muerte aguantan sus miradas
donde el
Sol está abajo,
en el
reflejo de unos ojos
La poesía
no permite un mal paso
se mueve en
la zozobra
no perdona
miserias sin alma
no quiere
almas sin miserias
La poesía
no arranca sonrisas
es sonrisa
helada envolviéndo lágrimas
es llanto
horadando unas mejillas
-esas que sostienen
aquel rictus metálico
como los
ojos que reflejan el Sol-
esos que
acotan la perfecta interpolación
entre Llanto
y la Risa
La poesía
es el borde del precipicio
desde el
que el poeta equidistante,
el
tambaleante y miserable poeta
se lanza
abajo
para vivir
la muerte
o reafirmar
el amor
impulsado
por el olvido
que brilla
en tus ojos
-no en los
míos-
yo no
brillo
no tengo
ojos
solo busco a tientas
y escribo poemas
precipitados al olvido
solo busco a tientas
y escribo poemas
precipitados al olvido