martes, 12 de julio de 2011

Una mancha de chocolate


Muerdo una vez más mi labio inferior
como señal inequívoca de que nada va bien
como muestra palpable de la partida de un tren
cuyo escudo de armas es un nuevo dolor.

El calor que derrite el chocolate
funde a su vez nuestra extraña sinrazón
como nos fundimos envueltos en pasión
queriendo interpretar un amor de disparate.

Te marchas para no ser líquido,
me quedo en un instante, pétreo y sólido
degradado nuevamente a lo más ínfimo
impregnando mi camisa de tu chocolate simbólico.

Bajarán de pronto las temperaturas
soltarán su carga de pena las nubes,
pero tú, tú no sé si subes
si ya estás alojada en mis alturas.




mil gracias a María Hernando por esta imagen de la amargura chocolateada que es su aportación preciosa y genial a la creación de esta entrada... gracias por tu generosidad y por la celeridad para atender mi solicitud María; 
una colaboración con un gran sabor de boca...

6 comentarios:

  1. ......cuando algo se crea con el corazon, salen cosas como esta......(va por los dos)...

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  2. Me caigo del susto, Quinte in the blog. Bueno ya ves María qué linda como ha accedido a participar en esto. Un abrazo (seguro que de los dos)

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  3. chocolate...es capaz de endulzar a la amargura, y arrollar con todo, es un superviviente.
    Abrazos chocolateados!!

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  4. Toni, nunca lo había mirado así y es cierto; es un superviviente. Siempre está presente para endulzar momentos amargos y depresivos. Seremos nosotros supervivientes a la amargura???
    Un abrazo, Arriazamovich.

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  5. ¡Qué bueno,Pepe!
    Ese amargo dulzor que nos deja un amor que se aparta está muy bien expresado en esta "Mancha de chocolate" como un recuerdo imborrable.
    Lindo, tierno y dulcísimo poema y la foto es ideal, felicitaciones a ambos.

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  6. Ali!!!
    Muchísimas gracias. Así son las cosas, dejan ese sabor que no es del todo amargo y que María ha conseguido expresar mejor que yo con ese limón envuelto en chocolate.
    Un honor verte de nuevo por aquí, mí revolucionaria amiga.
    Un abrazo enorme de esos charros que tú sabes.

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