sábado, 7 de mayo de 2011

THE GUNMAN O EL PRECIO DE LA FAMA


  Dieciséis muescas en su revólver de otros tantos muertos a sus manos.
  Ni un solo disparo por la espalda, siempre de frente, mirando a los ojos y con absoluta frialdad.
  Era para todo el estado de Arizona el más rápido, temerario y voraz pistolero jamás conocido.
  Es Larry W. Reed, el gunman perfecto.
  Su encargo para hoy consiste en retirar de la circulación a Fat Perkins, el gordo veloz. Un tipo increíblemente rápido. El ser más repugnante de la zona. Asesino, ladrón, violador y aunque voluminoso, muy escurridizo. El día iba a ser complicado, pero Larry se había preparado a conciencia; esperaba cumplir con profesionalidad este encargo; el mejor pagado de su vida.
  Desde el borde del desfiladero de Tucson Towers, como cada 3 de Julio  desde que acabó con su primera víctima y se convirtió en un proscrito, Larry esperaba pacientemente a lomos de su caballo la salida del sol.      

 Así los últimos seis años; fumando, repasando, planificando...esperando el gran momento. Mientras, en Phoenix, preparan la gran fiesta.

 Asoman los primeros rayos, ese gran momento se está acercando y un leve hormigueo recorre su espina dorsal, y sudor y brillo en sus ojos emocionados.
¡Ya están ahí! Al fondo del desfiladero, como cada año, suena la música y comienzan a asomar en el orden previsto los que han de animar el rodeo de mañana: al frente, la banda de músicos, banda por definirlos de alguna manera. Realmente son tres tipos con acordeón, trompeta y un grandísimo bombo que casi oculta a su portador y que interpretan algo que hasta ahora nadie ha sido capaz de adivinar qué es. Y los malabaristas, y el pistolero venido a menos convertido en atracción. Detrás de ellos, Miss Gillette, la mujer barbuda y su troupe de enanos subidos a un carromato destartalado. También las fieras en sus carruajes y el domador marcándoles el camino a pie con sus músculos siempre brillantes y por fin, cerrando la comitiva, los payasos.
  Larry suelta una enorme carcajada al ver a estos últimos pasando bajo sus pies, su favorito es Carrot Nose, sin duda, esa nariz es imposible.
  Nada más. Bruscamente da media vuelta sobre su caballo pinto sin mirar atrás, con un rictus entre amargo y concentrado y galopa en busca de Fat Perkins. 
Dentro de un año volverá si el gordo se lo permite y termina convertido en la decimoséptima muesca de su nacarada culata. 

2 comentarios:

  1. que dura es la vida... aisss...
    pero como tu la "TRADUCES" gusta!
    abrazos! ML

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  2. Es dura, pero algo de culpa tenía el hombre en este caso para no poder disfrutar de lo que los demás, como los demás. Pero era tierno el chico pese a todo :)
    un abrazo...habrá segunda parte, que espera Fat Perkins

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